¿Qué es la Hemofilia?

La hemofilia es un trastorno genético y hereditario que afecta la capacidad del organismo para coagular la sangre de manera adecuada. En las personas con hemofilia, la sangre no coagula de manera eficaz debido a la deficiencia o ausencia de ciertos factores de coagulación, que son proteínas esenciales para detener el sangrado.

Las personas con hemofilia pueden experimentar sangrado prolongado después de lesiones o cirugías, así como sangrado espontáneo en articulaciones y músculos. La gravedad de los síntomas puede variar, y el trastorno afecta principalmente a los hombres, aunque las mujeres pueden ser portadoras y transmitir el gen de la hemofilia a sus descendientes.
El tratamiento de la hemofilia suele implicar la administración de agentes hemostáticos, ya sea de forma preventiva o durante episodios de sangrado. Con el cuidado adecuado, las personas con hemofilia pueden llevar vidas activas y saludables.

Hemofilia en el Perú

En Perú, la hemofilia se presenta como un desafío de salud pública que requiere una atención urgente. A pesar de que el Ministerio de Salud (Minsa) ha identificado 1002 pacientes con hemofilia, existe una preocupante brecha entre esta cifra oficial y la estimación de alrededor de 3000 casos reales. Este sub registro plantea un problema significativo, ya que impide la implementación de diagnósticos y tratamientos oportunos para quienes padecen esta condición.

pacientes con hemofilia

casos reales

El desconocimiento sobre la ubicación de estas personas representa no solo un problema de salud pública, sino también una vulneración de sus derechos, al no poder acceder al tratamiento adecuado. Aunque la hemofilia tiene una baja prevalencia en comparación con la población general, su impacto social es considerable. El sangrado interno en articulaciones como codos, tobillos y rodillas no solo puede provocar pérdida de movilidad, sino también dolores crónicos, afectando significativamente la calidad de vida de los pacientes y limitando sus oportunidades de desarrollo pleno. La hemofilia, caracterizada por una deficiente producción de factores de coagulación VIII en la hemofilia A o IX en la hemofilia B, destaca la necesidad crítica de mejorar el conocimiento, diagnóstico y tratamiento de esta condición en el contexto de la salud pública peruana.

¿Cuáles son los tipos de Hemofilia?

Existen varios tipos de hemofilia, siendo la más común la hemofilia A y en menor prevalencia la hemofilia B. Estos tipos se diferencian por la deficiencia de factores de coagulación específicos: la hemofilia A se caracteriza por la falta o insuficiencia del factor VIII, mientras que la hemofilia B está asociada con la deficiencia del factor IX.

¿Cómo se contrae?

Si bien es cierto que existe la Hemofilia Adquirida, esta no es el propósito del presente artículo. La hemofilia a la que hacemos referencia, no se contrae; se denomina hemofilia hereditaria o congénita. Se transmite a través de los genes, específicamente en el cromosoma X. La hemofilia está ligada al cromosoma X, y como resultado, afecta principalmente a los hombres.

La forma en que se hereda la hemofilia es la siguiente:

Hemofilia A (factor VIII deficiente)

Si una mujer portadora (que tiene un cromosoma X afectado y uno normal) tiene un hijo

  • Hay un 50% de probabilidad de que un hijo herede el cromosoma X afectado y desarrolle hemofilia A.
  • Hay un 50% de probabilidad de que un hijo herede el cromosoma X normal y no tenga hemofilia.

Hemofilia A (factor VIII deficiente)

Si un hombre con hemofilia A tiene un hijo:

  • Todas las hijas serán portadoras (heredarán el cromosoma X afectado de su padre).
  • Todos los hijos no tendrán hemofilia, ya que heredarán el cromosoma Y del padre.

Hemofilia B (factor IX deficiente):

Las probabilidades de herencia son similares a las de la hemofilia A, ya que ambas siguen un patrón de herencia ligado al cromosoma X.

En raras ocasiones, la hemofilia puede ocurrir de manera espontánea debido a una nueva mutación genética, incluso si no hay antecedentes familiares de la enfermedad. Sin embargo, la mayoría de los casos son heredados de padres a hijos.

¿Cómo se diagnostica la Hemofilia?

El diagnóstico de hemofilia implica una evaluación clínica, pruebas de laboratorio y, en algunos casos, pruebas genéticas. Aquí se describen los pasos típicos en el proceso de diagnóstico:

Evaluación Clínica:

El médico realizará una revisión exhaustiva de la historia médica del paciente y de su familia, prestando atención a cualquier antecedente de sangrado prolongado o trastornos hemorrágicos, así como un examen físico detallado.

Pruebas de Laboratorio:

Se llevarán a cabo pruebas de laboratorio para evaluar los tiempos de coagulación y determinar si existe alguna alteración que haga sospechar un trastorno de la coagulación de tipo hemorrágico. Las pruebas comunes incluyen el tiempo de tromboplastina parcial activado (TTPa) y el tiempo de protrombina (TP).

Pruebas Específicas de Hemofilia:

Para confirmar el diagnóstico y determinar el tipo específico de hemofilia (A o B), se realizarán pruebas específicas para medir los niveles de factores de coagulación deficientes. En el caso de la hemofilia A, se medirán los niveles de factor VIII, y para la hemofilia B, se medirán los niveles de factor IX.

Pruebas genéticas:

Las pruebas genéticas pueden realizarse para identificar la mutación genética específica asociada con la hemofilia. Esto puede ayudar a confirmar el diagnóstico y proporcionar información importante sobre el riesgo de transmisión a la descendencia.

Diagnóstico Diferencial:

Es posible que se realice un diagnóstico diferencial para descartar otras condiciones que puedan causar sangrado anormal.

Un diagnóstico preciso es crucial para el manejo efectivo de la hemofilia. En algunos casos, el diagnóstico puede realizarse en la infancia si se identifican signos de sangrado anormal. Un enfoque multidisciplinario que involucre a hematólogos y genetistas puede ser fundamental para un diagnóstico completo y preciso. La detección temprana y el inicio oportuno del tratamiento son fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas con hemofilia.

¿Cuáles son los signos y los síntomas de  la Hemofilia?

Los signos y síntomas de la hemofilia pueden variar en gravedad según el tipo de hemofilia y la cantidad de factor de coagulación deficiente. Aquí se describen los síntomas comunes:

Hemorragias prolongadas después de lesiones o cirugías:

Uno de los síntomas más evidentes es la tendencia a experimentar sangrado prolongado después de cortaduras, lesiones o cirugías. La sangre puede tardar más tiempo en coagularse.

Sangrado Espontáneo:

Las personas con hemofilia pueden experimentar sangrado espontáneo sin una causa aparente. Esto puede incluir hemorragias nasales, sangrado en las articulaciones y músculos, y hematomas sin una lesión evidente.

Hematomas Inexplicables:

La formación de hematomas sin una causa aparente o desproporcionados a la lesión inicial es común en personas con hemofilia.

Sangrado en Articulaciones:

El sangrado en las articulaciones, especialmente en las rodillas, codos y tobillos, es un síntoma característico de la hemofilia. Este sangrado puede provocar dolor e hinchazón.

Sangrado Gastrointestinal:

Algunas personas con hemofilia pueden experimentar sangrado en el tracto gastrointestinal, que puede manifestarse como heces oscuras o sangrado rectal.

Hemorragias Intramusculares:

El sangrado en los músculos puede causar hinchazón y dolor. En casos graves, puede haber daño a largo plazo a los músculos y las articulaciones.

Sangrado después de Vacunaciones o Extracciones Dentales:

Las personas con hemofilia pueden experimentar sangrado prolongado después de procedimientos médicos, como vacunaciones o extracciones dentales.

Hematuria:

Algunas personas con hemofilia pueden experimentar sangre en la orina debido a hemorragias en el tracto urinario.

Es importante destacar que la gravedad de los síntomas puede variar. Algunas personas con hemofilia pueden tener síntomas leves, mientras que otras pueden experimentar complicaciones más graves. La identificación temprana de los síntomas y el acceso a un tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas con hemofilia.